cuadro

cuadro

miércoles, 25 de enero de 2017

El "makeover" de la psicología positiva


Todos estamos familiarizados con el concepto de "makeover" tan difundido en los programas yanquis. El argumento más visible es el éxito, por supuesto, pero que tiene que ver con la imagen personal. Lo que transmiten no requiere de hilar muy fino: el éxito parte por mejorar la propia imagen. Éxito es, desde esta ideología, además de un estado subjetivo, la idea de que a eso se le articulan una serie de circunstancias de vida: tener plata y estar socialmente en una posición privilegiada. Una persona exitosa, y por lo tanto feliz, resulta estar completamente estudiada de pies a cabeza, se hace a sí misma una obra de marketing. Toman entonces un individuo (que en su mayoría son mujeres) desastrado, incombinado, despreocupado y lo someten a una serie de transformaciones estéticas para volverlo atractivo, hermoso, nota 7. Por supuesto que la transformación desconcierta, algunas son bien sorprendentes...pero el imperativo de transformación es estético, o se trata de algo de otro orden? A lo que conminan estos programas no es a que cambies tu clóset, o que apuntes a la peluquería, sino más bien a inocular la creencia de que cualquier cambio "interno" parte por pulir la superficie. Así llevado al extremo, tal vez la noción de que no hay nada "interno" que cambiar, y que la fachada es, finalmente, todo lo que somos. Algo sí como...sonríe, y la sonrisa llegará.

Es esto: pensar que finalmente las cosas se pueden acomodar cambiando una serie de variables que se relacionan siempre con algo externo. Externo en el sentido de considerar que todo siempre tiene que ver con el reconocimiento del otro (la naturaleza de este otro podemos discutirla), o en como interpretamos eso externo para poder circular en su medio de manera adaptada. Esto se traduce, siguiendo con el ejemplo del makeover, en la noción de que la persona transformada en una diva finalmente encontrará que no tiene porque sentirse mal en la vida o sufrir. Ahí vemos como la "autoestima" como concepto pasa a ser fundamental desde esta manera de ver las cosas. Se palpa que el mensaje es siempre que "bueno, nadie te quiso o se burlan de como eres, por eso tienes baja autoestima", y que entonces, para mejorar tu autoestima hay que trabajar en como te presentas ante el otro. Si te vuelves un ícono de la moda y te haces apetecible, bueno, esa creencia base puede cambiar y tu autoestima se empezará a sanar, eventualmente.

La psicología positiva opera de esta manera. El carácter "positivo" de su fundamento se basa en la búsqueda intensa por la felicidad y bienestar, que tiene que ver con, ante todo, la fe absoluta en el aprendizaje de herramientas propicias para lograrlo. Uno aprende a ser feliz...y claro que debe ser así según esta ideología, porque la realidad es que los niveles de angustia son altísimos en la población, y la elaboración del producto debe ser acorde a hacerte pensar que te falta algo que alguien te puede vender. ¿No es esa la lógica del capitalismo? Crear necesidades (si estás triste necesitas ser feliz) para que el todopoderoso mercado te lo envuelva en papel celofán.

Entonces te encuentras con una horda de profesionales, dotados de técnicas "debidamente comprobadas", que envían los siguientes mensajes (y las razones de porque lo encuentro peligroso y  violento):

- La felicidad es un estado que uno decide tener: 

Supedita el fenómeno a un acto de voluntad consciente. Habría que reflexionar sobre esto...si la felicidad es finalmente algo que se decide, no significa solamente que decido no ser feliz, sino que ademas, escojo estar angustiado o triste. No digo que no sean importantes los cambios de perspectivas en los intentos terapéuticos, éstos podrían ser, eventualmente, la quintaesencia de la terapéutica, pero éstos debieran ocurrir desde la profundización de los conflictos y no desde la idea de la máscara feliz. Decidir la felicidad implica una omisión brutal de dimensiones subjetivas importantísimas que tienen que ver con quien es uno, su biografía, su lugar en una relación, una familia, una sociedad.
Hemos vuelto a la época ilustrada donde la fantasía y el ideal tenían que ver con el control consciente absoluto de todo.
Es peligroso depositar en la conciencia los mecanismos subjetivos que nos hacen ser quienes somos. O sufrir por lo que sufrimos, o angustiarnos. Puede que esa angustia, ahogada bajo la sonrisa forzada, se haga presente de otras formas, se envista en el cuerpo, en un síntoma psíquico, en una relación que nos hace mal.

De las personas que han pasado por procesos terapéuticos de este tipo, les pregunto: ¿Es agradable que te dejen de escuchar para que te digan lo que tienes que hacer para ser feliz? ¿Que omitan, ignoren o descalifiquen, memorias, recuerdos, hechos de gran significación en tu vida porque el "objetivo" de la terapia es que solamente puedas decidir ser feliz?


Sería bueno reflexionar, antes de pasar a la siguiente entrada, sobre la violencia que implica que alguien te diga que sabe lo que necesitas para ser feliz.
Muchos saludos!
EvaB.


El "makeover" de la psicología positiva II






No hay comentarios:

Publicar un comentario