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viernes, 20 de enero de 2017

La perspectiva psicológica



¿Qué es lo que nos convoca a los psicólogos, hoy en día, una época donde la necesidad de dimensionar los fenómenos desde el punto de vista "psi" es altamente atractiva y codiciada? Sepa Ud que "psi" es un término acuñado por intelectuales filósofos y teóricos en general, para describir una característica de nuestra era en donde la psicologización es una herramienta política para, entre otras cosas, infiltrar a los sujetos y, si queremos ser benevolentes, "comprenderlos" en aquellas dimensiones que nos sirvan para explicar porque hacen lo que hacen. No sólo eso, a todos nos interesa la columna de la psicóloga en el apéndice del diario de turno, a ver que dice sobre la maternidad, las relaciones de pareja, algo que nos diga porque somos como somos y porque ese otro es de tal o cual forma. Aunque no lo crea, hubo una época en donde nadie se cuestionaba tal cosa, si el niño se traumaba o si el trabajador se estresaba, o si el criminal había sido abusado o los errores de crianza, las fallas en el maternaje o porque alguien simplemente dejaba de comer. ¿Qué pasó entonces? La marca de la modernidad, el fin del oscurantismo, el amanecer de las ciencias, la muerte de Dios, todo eso ha dejado un vacío de sentido que, podríamos aventurar, el hombre llena hoy en día con estos saberes sobre "la personalidad", "la mente", los circuitos cerebrales y la perfilación neuropsicológica.

Cuando entré a estudiar psicología no me lo cuestioné demasiado, presa de una fascinación por entender las complejidades humanas entré a la carrera y, no se puede negar, se hace muy entretenida la especulación teórica en psicología (tal vez más aún en el caso del psicoanálisis) cuando hablamos de como son las personas y como se relacionan. En la escuela de psicología todo es muy distinto, en términos de relación con la disciplina, que en el mundo laboral. Se entiende porque es una carrera altamente sobresaturada, porque articula la fascinación "psi" del público con el bajo costo que significa impartir la carrera para una institución. Lo importante, antes de perderme en el hilo del monólogo, es que la gente debe saber que la psicología es una bolsa de gatos. Si la perspectiva "psi" refiere más bien a un interés, a una modalidad del saber más que a su contenido, este último es de lo más variado que existe. No hay unificación de visión en la psicología, y por lo tanto exige, tanto a profesionales como a las personas (estas últimas, sobretodo) que se someten a su escrutinio, una mirada crítica necesaria sino queremos terminar confundidos y angustiados. Esta posición crítica permite que, como sujetos, no nos dejemos avasallar por un Otro que dice saber todo sobre nosotros. Cabe destacar que, hoy en día, es una posición que debemos pensar y definir a toda costa, con tal de no desaparecer.

A los "futuros profesionales" en las escuelas de psicología se nos inculca cierta ética hacia las personas sufrientes que acuden a nosotros en busca de ayuda. Se nos enseña, con justa razón, a respetar ese sufrimiento y a suspender en lo posible el juicio. El narcisismo de la profesión nos deja en una posición de poder bien cuestionada por el psicoanálisis. Afirmar cualquier cosa categóricamente en psicología podría ser un error que muy bien puede venir de la embriaguez de poder que te otorga una posición en donde uno, supuestamente, sabe más que la persona que llega a buscar ayuda. Tal es el rol que nos faculta, como profesionales, el estado, cuando nos ponen ahí a decirle a las personas lo que es "bueno" hacer, sentir, pensar.

El hecho de que tal vez no podamos eludir la tarea de la "psicoeducación", nos pone frente a un hecho al que podemos darle una vuelta. Podemos hacer psicoeducación, pero no en el sentido de enseñar a los padres a ser padres, los hijos a ser buenos alumnos, las madres a saber apegar a sus hijos, sino a informar sobre la psicología, una disciplina cuyo ojo y voz está en todo. Invoca ante todo una cierta suspicacia crítica, que debiese servir no sólo a la academia y a sus intelectuales ya muy flotados y etéreos, sino que a las personas que no tienen tiempo de averiguarlo por sí mismas y que acuden a este dispositivo buscando ayuda. Y no es en afán de desperstigiar, sino que poner en perspectiva y develar un poco lo que se esconde tras esta aura de misterio que nos rodea como si fuesemos, casi, gurúes que sabemos el secreto último de la vida.

Por último debo aclarar que hablaré, salvo si lo consigno, más que nada sobre la psicología clínica. Otros dispositivos de la psicología tendrán sus propios blogs y textos, y en general no son lo mío. Tampoco la psicología ultra mega científica (así se pretende), que se funda en investigaciones de enorme prestigio por su adecuación al método, que tendrá validez  (no lo niego) pero que ésta no tiene absolutamente nada que ver con lo que pasa con eso cuando ingresa en el circuito político. Podemos hacer un lindo descubrimiento de enorme relevancia pero si éste es usado de mala manera (que es en general el problema de la tecnología) al final el resultado es más lamentable que bueno.

Saludos!
Eva B.

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